EJERCICIOS ACTIVOS/PASIVOS PARA PERSONAS INMOVILIZADAS, PARTE II

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Como aconsejábamos en el anterior artículo de Interdomicilio León, ayuda a domicilio para el cuidado de personas encamadas en su propio hogar, el ejercicio es imprescindible para tonificar los músculos y prevenir complicaciones.

El sistema muscoesquelético de las personas inmovilizadas se ve afectado y es necesario hacer ejercicios diarios de forma activa o pasiva.

En Interdomicilio contamos con fisioterapeutas colegiados  que prepararán tablas adecuadas de forma más personalizada, además de proporcionarle masajes terapéuticos para restablecer el tono muscular y aliviar dolores.

Nuestras auxiliares de ayuda a domicilio en León, pueden hacer estos y otros ejercicios al paciente, así como el aseo, administración de medicación y comidas, cambios posturales para prevención de úlceras, masajes de hidratación o movilización del paciente cuando se pueda…, como cuidadoras únicas o de apoyo  al cuidador habitual.

El paciente debe ser debidamente evaluado por un médico, luego el fisioterapeuta, con el informe médico y previa evaluación del paciente, creará una tabla de ejercicios para que el paciente practique, y si él no puede, ejercicios pasivos para que el cuidador se encargue de mover las articulaciones.

Es importante recordar que no se debe nunca provocar dolor, se llegará hasta donde se pueda sin llegar a forzar y haciendo repeticiones de cada ejercicio. Se pueden hacer sesiones cortas a distintas horas del día para no cansar mucho al paciente.

ALGUNOS DE LOS EJERCICIOS RECOMENDADOS, Y CÓMO PUEDE AYUDAR EL CUIDADOR:

El paciente tumbado boca arriba, con los brazos y las piernas estirados a los costados.

Podemos empezar relizando unos giros de cabeza, siempre con una evaluación previa del paciente. Se comienza a hacer giros suaves en los que se lleva la barbilla del paciente hacia el pecho, como si asintiéramos, el cuidador puede sujetar con una mano la base de la nuca y cuello para ayudar al paciente, empujando suavemente su barbilla con la palma de la mano ayudará luego a volver a posición normal.  El siguiente giro, con la palma de la mano en uno de los carrillos y otra en la nuca, empujar la cabeza hacia la derecha desde la izquierda de manera que quede de perfil sobre la almohada, y luego hacia el otro lado. Hacer tres repeticiones de cada ejercicio y no hacer movimientos bruscos.

Movimientos de hombro con brazo, manteniendo el brazo estirado pegado al costado levantar hasta vertical, y si se puede llevar hacía atrás hasta dejarlo paralelo a la cara, volver luego despacio. Otro movimiento sería separar el brazo del cuerpo en forma de abanico o aspa hacia fuera y volver. El siguiente sería llevar el brazo estriado de modo que el codo vaya hacia el hombro contrario por debajo de la barbilla, en estos movimientos el cuidador puede mantener una mano en el hombro del paciente y otra en el antebrazo para ayudarle en los movimientos sin provocar dolor pero empujando un poco.

Con el brazo en reposo de nuevo y la palma de la mano hacia arriba, doblamos por el codo hacia arriba llevando la mano hasta el hombro y volviendo.

Si la persona puede se hacen ejercicios de fortalecimiento de músculos de brazos, se estiraran los brazos juntando las palmas y respirando lenta y profundamente se intentará apretar firmemente una contra otra. Se puede también coger una pelota de mano y apretarla unos segundos.

Giros con las manos, comenzando con las palmas hacia abajo doblar la mano por la muñeca hacia atrás y hacia delante, el cuidador puede con la palma de la mano empujar la palma del paciente hacia arriba, de modo que el reverso de la mano gire hacia el antebrazo y volviendo luego hacia abajo. Se pueden hacer a continuación giros de mano a uno y otro lado.

Con los dedos de la mano estirados hacer el mismo ejercicio doblando todos los dedos por los nudillos hacia abajo y hacia arriba, cerrándolos y abriéndolos, pasando a hacer lo mismo con el pulgar abriéndolo y cerrándolo.

Para fortalecer el abdomen el paciente deberá meter los músculos del abdomen hacia dentro, tanto como pueda, mantener unos segundos y luego despacio relajar los músculos.

Para fortalecer las nalgas apretará los músculos de las nalgas, todo los que pueda unos segundos para después relajar despacio. Esto le ayudará a permanecer luego equilibrado cuando esté sentado.

Doblar la pierna hacia arriba y volver a estirar totalmente, manteniendo si es necesario el cuidador la palma de la mano en el talón para ayudar al paciente, la otra empujando la rodilla hacia atrás para ayudar a doblar la pierna a la altura de la cadera, y así. llevar el muslo hacía el abdomen del paciente y el gemelo hacia la parte de atrás del muslo, luego volver a estirar la pierna sobre la cama.

Con la pierna estirada sobre la cama y poniendo las manos una debajo del muslo y otra empujando con la palma desde la parte interna del muslo, girar la pierna desde la cadera en forma de aspa o abanico hacia afuera y volver hacia dentro.

Con la pierna y la punta del pie estirados,  levantar la pierna de la cama y aguantar unos segundos si se puede, repetir el ejercicio con la punta del pie mirando hacia arriba, luego mirando hacia la derecha y finalmente lo mismo con la punta del pie mirando hacia la izquierda. Se harán repeticiones en cada posición.

Con la pierna totalmente estirada, colocaremos un cojín, un rulo o una toalla enrollada debajo de la rodilla y pediremos al paciente que haga presión con la rodilla hacia abajo, mientras la punta del pie mira hacia él. Aguantar unos segundos la presión y relajar.

Con las piernas flexionadas y la planta de los pies pegada a la cama, el familiar o cuidador, cogerá la parte interna de las rodillas, las abrirá hacia los lados y le pedirá a él que haga fuerza para juntarlas. Una vez hecho, las volverá a abrir para continuar con las repeticiones.

Igual que el ejercicio anterior, pero el familiar o cuidador cogerá las rodillas por fuera y pedirá que las separe.

Con las rodillas flexionadas y los brazos estirados a lo largo del cuerpo. Levantar las nalgas de la cama y volver a bajar.

Con las piernas estiradas, flexionar la pierna, para llegar a tocar el paciente la rodilla con la mano del mismo lado, hacer una ligera presión entre mano y rodilla y volver a estirar la pierna.

Igual que el ejercicio anterior, pero ahora deberá tocar la rodilla con la mano del lado contrario.

Hacer movimientos de flexión y extensión de los pies, moviendo la punta del pie hacia arriba y hacia abajo.

Aunque sean unos ejercicios sencillos sería conveniente pedir consejo a un fisioterapeuta o a un médico y que ellos nos aconsejen hacer unos u otros según el estado de la persona a cuidar.

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