En Interdomicilio, ayuda a domicilio León, sabemos la importancia que tiene para la persona mayor poder vivir en su propio hogar, conservando su independencia.

Vivir en su casa es la mejor opción para que las personas sigan siendo autónomas el mayor tiempo posible y se sientan más válidas y seguras.

Para que una persona mayor o con ciertas limitaciones pueda vivir en su casa con mayores garantías, la vivienda tendría que estar adaptada a las necesidades de la persona, ya que las barreras arquitectónicas pueden llevar a la inmovilización de la persona, impedir su autonomía y llevarle al aislamiento social.

Además para poder vivir a ciertas edades o con problemas de salud en su casa, es conveniente contar con ayuda de familiares, y/o de profesionales que presten la ayuda a domicilio necesaria para las tareas más complicadas como aseo, movilidad, medicación, cocina o tareas del hogar según sea el caso, que se preocupen de sus necesidades y observen si se encuentra bien de forma continuada.

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Tras una enfermedad, una estancia en hospital larga o una operación quirúrgica se necesitará una adecuada rehabilitación para intentar evitar la progresión de la enfermedad: fisioterapia a domicilio para ayuda en la movilidad, Logopeda a domicilio para ayuda en degluciones, problemas de comunicación…, terapeuta Ocupacional a domicilio que aconseje sobre las medidas más útiles para volver a la actividad diaria de la mejor forma posible (trucos, adaptación de vivienda, material ortopédico de ayuda…) y por último pero no menos necesario, Psicólogo a domicilio que evite que el miedo o la depresión pueda inmovilizar y aislar.

Vivir en casa y/o con familiares constituye un aporte emocional que aumenta la vitalidad de las personas mayores. Es importante vivir integrados en la sociedad, con relaciones sociales y manteniendo un estilo de vida saludable tanto en alimentación, como con actividad física e intelectual. Permanecer activos, contando con ayuda, pero siempre evitando caer en la invalidez voluntaria.

La capacidad de poder elegir, decidir y controlar cómo es nuestro día a día, seguir en contacto con la gente que conocemos en nuestro barrio, con nuestros amigos y familiares. Sobre todo esa sensación sentirnos autónomos, con capacidad de decisión, de poder ayudar con nuestros consejos o dirigir nuestra vida, aporta un aumento de la propia valía ayudando a seguir manteniendo la ilusión necesaria para un envejecimiento de calidad.