PROBLEMAS EN EL LENGUAJE QUE PUEDEN LIMITARNOS

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Ayuda a domicilio León, cuidados asistenciales a niños, psicólogo y logopeda a domicilio.

Desde Interdomicilio León, empresa de servicios a domicilio , queremos abordar hoy los problemas de comunicación.

La comunicación es el eje central sobre el que giran las relaciones humanas y, por consiguiente también laborales, intercambio de ideas y conocimientos.

Necesitamos relacionarnos y por ello el lenguaje  es vital que posibilita la comunicación con los demás.

Con el lenguaje verbal expresamos nuestras necesidades, pensamientos, sentimientos y emociones. Lo necesitamos para comunicarnos,  para adaptarnos al medio y para adquirir conocimientos.  Por medio del lenguaje nos comunicamos, informarnos, leemos, comprendemos, trabajamos y aprendemos todo lo relacionado con nuestra vida.
Cuando hay defectos, carencias o desarrollo inadecuado  en esta cualidad se generan una serie de problemas que pueden limitarnos y marginarnos socialmente.

Todos hemos experimentado en alguna ocasión la imposibilidad de entender o ser entendidos por alguien con un idioma diferente y lo frustrante que puede resultar no poder hacernos entender, sobre todo cuando lo que queremos es comunicar algo primordial para nosotros.

Se crea una constante preocupación, intranquilidad y tensión en las personas que tienen problemas para comunicarse el tener que hablar, les puede producir no sólo tensión,  en algunos casos es incluso “pánico”, bloqueando todos los aspectos de su personalidad.

Los desajustes en el desarrollo adecuado del lenguaje suelen generar ciertas reacciones comporta-mentales como la timidez, tics o sentimientos de inferioridad, aislamiento y frustraciones que, en suma, conducen a la infelicidad.

Por tanto es fundamental tener la capacidad de expresarnos y comunicarnos de forma eficiente y necesitamos para ello mejorar nuestras habilidades para la comunicación.

El logopeda es el profesional que se ocupa del diagnóstico y tratamiento de los trastornos que afectan al lenguaje, la voz y el habla. La logopedia tiene como finalidad la prevención, el diagnóstico, el tratamiento y la evaluación de los trastornos de la comunicación humana. Trastornos del habla o del lenguaje. Están encargados de rehabilitar las funciones comunicativas, del lenguaje oral y escrito, de la voz, del habla y de las funciones orales asociadas como respiración, masticación y deglución.

La logopedia se ocupa de la detección, la revisión y la reeducación de los trastornos del lenguaje oral y escrito. Por eso, los logopedas suelen empezar a trabajar con niños a partir de los 3 años a veces más pequeños, cuando existe una discapacidad sensorial, motora o mental- y sin límite de edad.

La mayoría de los casos están relacionados con problemas de dislexia y de disortografía, es decir, con trastornos del aprendizaje de la lectura y la ortografía. Resolver esos trastornos es imprescindible, ya que impiden la progresión escolar del niño. El lenguaje oral también ocupa un lugar importante en problemas de articulación o retrasos de palabra o de lenguaje.
Cuanto más temprana es la detección y la resolución del problema, antes se puede adquirir un nivel de lengua satisfactorio para abordar el lenguaje escrito en buenas condiciones.

En Interdomicilio León creemos que se debe acudir a un profesional de la Logopedia cuando  los padres, profesores, médicos  o los propios adultos detecten que hay, o que creen que puede haber, una alteración en el desarrollo normal de la comunicación, deglución, habla, lenguaje, voz… Independientemente de la etapa evolutiva en la que se encuentre.
El dominio de la lengua oral, como el de la lectura y la ortografía, es un proceso complejo. Pueden producirse retrasos en algunos niños que se solucionan con un poco de dedicación extra de tiempo, o problemas más serios. Debemos observar si el niño no discrimina sonidos, no habla o habla muy poco, no se le comprende cuando habla, tiene dificultades al pronunciar algún sonido, lentitud de pensamiento o cálculo mental, retraso general del desarrollo del lenguaje, problemas para escribir o leer, baja comprensión de textos, respiración continua con la boca abierta, cambios drásticos de voz o afonías constantes.

Hacia los 4 años el niño está maduro para poder pronunciar todos los sonidos. El origen de que esto no suceda podría ser una interposición lingual (colocación de la lengua entre los dientes) e incorrecto manejo de los órganos que intervienen en la deglución y conviene detectarlo a tiempo para corregirlo y así evitar problemas de dentición posteriores, habla nasal, respiración bucal que generará problemas de tipo respiratorio…

Conviene intervenir ya en estas edades pues como es en este momento cuando se inicia la lecto-escritura, pueden aparecer retrasos en esta área. Así evitar en lo posible que un problema de habla pueda hacer que el niño se retraiga a nivel social y no se relacione adecuadamente con sus amigos y compañeros por vergüenza.

Es el momento de evaluar una posible dislexia, discalculia que es un problema para la adquirir conceptos básicos matemáticos y de cálculo, o disgrafía que es la escritura defectuosa sin causa neurológica o intelectual que lo justifique. Todas ellas producen  dificultades escolares por la falta de comprensión.
La dislexia es una dificultad en la lectoescritura que afecta a un elevado número de niños, los cuales presentan problemas en su educación y en la mayoría de los casos, conlleva problemas de autoestima, estrés, dolores de cabeza, insomnio y apatía y desinterés hacia todo tipo de aprendizaje.
La dislexia con alteraciones en el sueño y algunas veces con depresión asociada, provoca un fracaso escolar que suele achacarse en principio a que son niños vagos o distraídos en lugar de a la falta de esta habilidad.

La detección precoz y la intervención temprana permiten que puedan  aprender desde sus primeras etapas con métodos adecuados, y es la mejor época para el desarrollo de habilidades que puedan compensar sus deficiencias.

Es importante llevar a cabo un entrenamiento para potenciar el aprendizaje en lectura y escritura de cualquier niño.

Para hablar, debemos ser capaces de tener gran agilidad en la lengua, hacerla vibrar por ejemplo para decir la rr, tener fuerza, etc. Por ello debemos trabajar con órganos como labios, lengua, músculos maseteros. El logopeda nos ayuda a ejercitar estos órganos y mejorar en lo posible esta habilidad.

Los niños  disléxicos son inteligentes, pueden aprender y aprenden con un adecuado método.
Cuatro de cada 20 niños la padecen, lo que nos indica que es un problema muy común.

Hay niños con capacidades muy altas que van aprobando cursos y por ello son más difíciles de detectar. Con un tratamiento adecuado esas dificultades provocadas por la dislexia pueden atenuarse e incentivar aprendizajes que no sean única y exclusivamente a base de lectura, que es donde ellos encuentran más dificultad.

Hay trastornos del lenguaje  asociados a daños cerebrales, lesiones auditivas, déficit intelectual o deficiencias motoras que, además de la intervención del logopeda, requieren del tratamiento y supervisión de otros profesionales de la salud.  Muchos, sin embargo,  son simples trastornos durante el periodo de adquisición del lenguaje y se pueden solucionar con una intervención transitoria.

Retrasos en desarrollo de lenguaje, dificultades en la adquisición del lenguaje oral, relacionar palabras, ampliar el vocabulario o concordar los distintos elementos de una frase.
Tartamudez, trastorno en la fluidez del habla, repeticiones frecuentes o prolongaciones de sílabas o palabras que afectan al ritmo del lenguaje.

Dislalias, no articular bien las palabras y distorsion de los sonidos. habitual con algunas consonantes como la “r”, “s”, “l” o “k” y en algunas sílabas trabadas (“ple”, “tro”, “fra”) o inversas (“des”, “pas”, “tel”).

Trastornos de la voz, alteraciones significativas del timbre, tono o intensidad de la voz cuando no las produce ninguna lesión orgánica como inflamaciones…

Cuando observamos en niños a partir de los 4 ó 5 años una difícil comprensión en el lenguaje, ausencia de artículos, pronombres, abuso de gestos en lugar de palabras, omisión de fonemas que no es capaz de pronunciar diciendo por ejemplo “apato” en lugar de zapato ó “pátano” en lugar de plátano. También puede sustituir unos fonemas por otros que son más fáciles para él y es así común que digan por ejemplo “tero” en lugar de quiero, repetición de sílabas , afonías y ronqueras frecuentes, respiración con boca abierta o cambios de voz muy significativos. En estos casos conviene consultar con un logopeda.

Es muy importante la colaboración de los padres que pueden jugar un papel importante incentivando la comunicación con su hijo, no utilizando diminutivos cuando hablan con ellos, escuchando atentamente como se expresa el niño tanto su lenguaje como de gestos, ayudándole y animándole a que utilice más vocabulario, intentando que el niño se comunique con el mayor número de gente posible, no burlarse o imitarlo cuando no lo hace bien, no estresarlo y aplaudir sus logros constantemente.

Los adultos también acuden al logopeda, por ejemplo, tras una intervención quirúrgica, o cuando sufren trastornos no tratados en la infancia (tartamudeo, defectos de pronunciación…) o trastornos de la voz.

En adultos debemos tener en cuenta diagnósticos de nódulos, pólipos. Afonía frecuente, dificultades para deglutir. Diagnósticos de alguna enfermedad neurodegenerativa como Parkinson, Alzheimer o demencias. Daños cerebrales sobrevenidos por Afasias, Disartrias, tumores o Ictus y en pérdidas de lenguaje, memoria o atención.

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