PASOS PARA SUPERAR LA TIMIDEZ Y LA FOBIA ESCOLAR

TIMIDEZ

Cómo superar la timidez

Recientes  estudios determinan que alrededor del 20% de los niños nacen con una predisposición para ser tímidos. Son bebés más callados y que temen las situaciones nuevas. Más de la mitad de ellos lo superarán y no serán adultos tímidos, gracias a su entorno y a la intervención eficaz de sus familiares.

Para ello es necesario un entorno de seguridad y estabilidad emocional, tranquilidad y mucho afecto con abrazos o besos frecuentes. Sin embargo, una sobreprotección del niño, el estrés constante en  los padres o que la familia no sea muy social, pueden tener efectos negativos sobre el niño.
Para evitar el sufrimiento de su hijo, los padres sobreprotectores  ayudan a su hijo a tener un comportamiento asocial,  hablando por ellos o evitándole cualquier situación mínimamente incómoda, fomentando su aislamiento. El niño debe experimentar grados moderados de retos, cierta frustración ante una situación que él mismo debe resolver sin que sus padres acudan inmediatamente ante cada pequeña situación frustrante en el niño.

Es bueno intentar que el niño se relacione con otros niños y para ello los padres pueden contribuir fomentando las relaciones con otras familias con niños de su edad, invitando a casa a otros niños, apuntándole a actividades y deportes en equipo o llevándole con frecuencia al parque para que practique las habilidades sociales necesarias, pero sin forzarle, sin insistir ni obligar,  ya que cuanto más se le insista es probable que su negativa se haga más profunda.

No se le debe ridiculizar nunca o hacer que se sienta diferente  ante los demás, ni etiquetarlo de tímido delante de los demás ya que las etiquetas pueden marcar de por vida, y el niño puede sentir que debe responder a esa etiqueta que se le da. Puede ser de ayuda ponerle ejemplos de momentos de timidez que los padres pasaron alguna vez, dando detalles de cómo lo lograron superar, haciendo que él se sienta mejor con su propia timidez y reduciendo así la ansiedad, sintiéndose comprendidos y apoyados.

Los padres deben acompañar al niño para que se sienta más seguro al principio y luego dejar que se vaya adaptando con naturalidad a las situaciones, reconociendo y valorando sus pasos para que pueda confiar en sus propias habilidades y capacidades sociales y se sienta, poco a poco, más seguro ante situaciones nuevas.

El grado de incapacitación que la timidez pueda proporcionarle al niño para su normal desenvolvimiento social y escolar, es lo que nos indica si es una timidez más o menos  preocupante. Todos los niños presentan grados de timidez durante su crecimiento. Sin embargo, si el niño prefiere estar solo antes que con amigos o espera siempre que sus padres le digan lo que tienen que hacer o cómo actuar, vale la pena contactar con un profesional para que pueda evaluar la situación y cambiar las pautas para una relación con su entorno más sana. No debemos permitir que el niño llegue a aislarse, lo que provocaría un rechazo por parte de sus compañeros.

Observar si el niño no pregunta nunca en clase, no participa en nada si no es obligado, se muestra reservado y distante sin iniciar conversaciones con otros niños. Si observamos continuos dolores de barriga, de cabeza, etc. Para evitar ciertas situaciones.

Como comentábamos, existen distintos grados de timidez en la mayoría de los niños y por ello debemos observar que tenga amigos aunque sean pocos, que aunque no le guste ser el centro de atención en grandes grupos, se desenvuelva bien en grupos más pequeños, que sólo está callado en determinadas situaciones nuevas y con gente desconocida, pero en el resto de situaciones no se comporte tan tímido. En cuyo caso no sería algo  que no debe preocuparnos más allá de ayudarle poco a poco a abrirse más e intentar que se sienta seguro con naturalidad, sin que el niño vea que su actitud introvertida en ocasiones, es preocupante para sus padres, pero que sepa que sabemos que le sucede eso y se sienta comprendido y que puede contar con nuestra ayuda para superarlo.

Debemos aprobarlo tal y como es, hacerle sentir seguro con sus peculiaridades. Una vez se sienta más seguro y confiado consigo mismo se atreverá a mostrarse a los demás en la mejor forma, siendo el mismo.

Los niños tímidos suelen pasar más desapercibidos a sus educadores y profesores, no se involucran en actividades y tampoco “dan guerra”, lo que puede hacer que reciban poca atención. La observación por parte de los padres y de profesores o incluso amigos, es un factor clave para poder identificar a niños con problemas de timidez.

La fobia es un miedo exagerado e ilógico a determinadas situaciones , objetos o personas. Los niños pueden manifestar fobia escolar, negándose a ir al colegio con muchas excusas y en los que podemos observar síntomas de ansiedad con sudoración, gritos, diarreas incluso…

Estas fobias se producen en la mayoría de los casos por haber experimentado una situación en la que han sentido mucha vergüenza, burlas por no saber algo, temor al separarse de los padres (por inseguridad fuera de su entorno más intimo o preocupación por los padres si ha notado que hay problemas familiares…)

Lo fundamental ante una situación así es averiguar las razones por las que el niño no quiere ir al colegio o a otro lado, hablando para ellos con el niño, amigos, hermanos o profesores. (Quizá el niño es incapaz de entender a ese profesor y se muestra incapaz de decírselo) o teme alguna situación que le puede resultar humillante y las burlas de sus compañeros etc.

Debemos intentar que el niño vea que entendemos que le pone muy nervioso pensar que debe ir al cole, y seguramente el que te duela tanto la tripa ahora tiene que ver con eso. Que vea que  podemos reconocer sus emociones es importante, pero sin dudar debemos convencerle de  que lo mejor es que siga yendo a la escuela.

Si la situación persiste, es importante que puedan consultar con un especialista, para que el niño pueda contar con un espacio propio en el que trabajar sobre su malestar, y en el que los padres puedan expresar y trabajar, también, sobre sus angustias en relación con ello. En Interdomicilio León contamos con psicólogos y terapeutas ocupacionales para ayuda a domicilio para ponérselo más fácil. Tratando al niño en su propio entorno, en el que se siente más seguro, más cómodo y en el que sin duda es más rápido y sencillo que el logre abrirse sin necesidad de someterse a otro entorno extraño.

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