INTELIGENCIAS MÚLTIPLES, GESTIÓN DE LAS EMOCIONES Y DESARROLLO DE TALENTOS

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Interdomicilio León, psicología positiva y educación personalizada

Cada uno de nosotros tenemos talentos y características especiales suficientes para triunfar.

El ser humano es inteligente de diferentes maneras, nos asegura Howard Gardner en su teoría de “Las inteligencias múltiples“; intentando superar la concepción tradicional que consideraba el coeficiente intelectual (CI) como el único parámetro de medición de la capacidad intelectual de una persona.
Cada uno de nosotros posee estas formas de inteligencia y las desarrolla en mayor o menor grado según varios factores.
Para desenvolverse en la vida no sirve sólo tener un gran expediente académico. Sabemos que hay personas que fracasaron en sus estudios pero luego triunfaron en el mundo de los negocios o en la vida privada. Hay pues diferentes formas de inteligencia y cada una de ellas debidamente desarrollada nos aporta características especiales para poder triunfar en la vida. Personas con gran capacidad para solucionar problemas sociales son a menudo incapaces de solucionar un problema económico.

Se trata de desarrollar nuestros talentos y para ello debemos primero descubrirlos y ejercitar esas habilidades para aprender utilizando lo mejor de nosotros mismos.

Estas habilidades más desarrolladas que posee cada persona son capaces de, a menudo, suplir ciertas carencias de otras habilidades o cualidades en las que podemos tener más dificultades. En esto se basa el trabajo de los logopedas. Tratan, de ejercitar y desarrollar estas habilidades con carencias, de ayudar a personas con dificultades en el lenguaje a comunicarse, utilizando o ayudándose de otras habilidades más desarrolladas de la persona.

Gardner estableció ocho formas de aprender:
-Inteligencia lógico-matemática (razonar en abstracto, cálculo, números, lógica)
-Inteligencia lingüística (don para el manejo de la lengua, escritura, convencer, informar)
-Inteligencia espacial (para orientarse, visualizar en 3D…)
-Inteligencia físico-kinestética (habilidades para manipulación de objetos, resolver problemas con nuestro cuerpo)
-Inteligencia musical (especial sentido de la melodía, la rima y el ritmo)
-Inteligencia naturalista (habilidad para reconocer patrones en la naturaleza)
-Inteligencia intrapersonal (Habilidad que desarrolla el conocimiento de uno mismo, sus emociones, sus sentimientos, la orientación de su vida, autodisciplina )
-Inteligencia interpersonal (Habilidad de entender e interactuar efectivamente con otros o ir y comprender los sentimientos de los demás)
Así pues, tenemos muchas cualidades distintas importantes y con ellas muchas formas para adquirir el conocimiento necesario. Para estas formas distintas de aprender debería haber distintas formas de enseñar, pero la realidad es que sólo se aplican ciertos medios en los que se desperdician talentos y cualidades y se provoca fracaso escolar en niños inteligentes con mucho que aportar.
La inteligencia es un potencial neuropsicológico singular y único en cada persona determinado por el entorno y por las cualidades cerebrales propias del individuo.

Ciertos sistemas educativos hacen que identifiquemos a un niño con habilidades distintas como un niño con problemas.

Desarrollando sólo determinadas inteligencias y convirtiendo en un suplicio la educación de los estudiantes con habilidades y destrezas distintas.

Cuando llegamos a adultos nos encontramos con el mismo problema. Una empresa que no reconoce los distintos talentos de sus empleados está desperdiciándolos. Si conseguimos averiguar y fomentar los talentos y cualidades del conjunto de los trabajadores de una empresa y descubrimos la forma en que esas cualidades pueden, no sólo suplir otras con más carencias, sino aportar gran riqueza en el trabajo, conseguiremos mejorar sustancialmente los resultados de cada persona, mejorando la autoestima y bienestar de la persona que desarrollará un trabajo mucho más eficaz.
De las 8 inteligencias que plantea Gardner , dos de ellas, la Intrapersonal y la Interpersonal, constituyen la base de la llamada Inteligencia Emocional, desarrollada posteriormente por Daniel Goleman.
Las emociones son una especie de reacciones automáticas con las que nos ha dotado la naturaleza encaminadas a producir una respuesta rápida, inconsciente, que tiene como fin facilitar que el individuo sobreviva. Aprender a tratar con ellas y cómo gestionarlas es la base de nuestro éxito en la vida.
Como dijo Aristóteles “cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo.Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo.”

Debemos aprender habilidades como la capacidad de automotivarse, la perseverancia, y el autocontrol que es tan importante en nuestra vida.
En la vida se presentan una serie de situaciones que ponen a prueba constantemente nuestras habilidades emocionales. Parte de la inteligencia emocional es darse cuenta de las reacciones que pueden producir algunas de nuestras acciones o palabras en los demás. Aprender a controlar nuestras emociones y a controlar nuestros impulsos constituye la raíz del autocontrol, nos hace más competentes en el plano social, más seguros y más capaces de enfrentarnos a las frustraciones de la vida. La capacidad de motivación propia es otra de las habilidades que pueden constituir una de las claves del éxito en nuestra vida.
Por tanto, es muy importante aprender a utilizar nuestra inteligencia emocional, ser capaces de reconocer los sentimientos propios y ajenos para saber luego manejarlos. Si somos capaces de tener autoconciencia de nuestras emociones y sentimientos, aprender una vez reconocidas a controlarlas y adquirir la importante habilidad de automotivarnos y motivar a los demás, estaremos en el camino adecuado para ser personas resolutivas y eficaces en todos los planos de nuestra vida.
Educar las emociones, gestionarlas, afrontar situaciones difíciles de la vida, solucionar conflictos interpersonales adecuadamente, mostrarse socialmente competente, aprender a ser más feliz, desarrollar la empatía con otras personas y desarrollar las habilidades sociales.
Los comportamientos violentos o los comportamientos adictivos por consumo de sustancias tóxicas entre otros están explicados por déficits en el control y gestión de la propia emocionalidad.
Las personas conflictivas por este déficit de inteligencia emocional deben aprender a modificar su propia conducta mediante estrategias de autocontrol, aprendiendo a reconocer cuáles son sus reacciones habituales en las situaciones de conflicto y poniendo en práctica estrategias de control de la ira, autoinstrucciones, etc. que les permitan controlar los impulsos y mostrar conductas alternativas.
El psicólogo norteamericano Martin Seligman nos hace ver la importancia de potenciar las fortalezas humanas para que funcionen como amortiguador ante la adversidad. Así la Psicología positiva nos recuerda que no sólo se debe arreglar o mejorar lo que está mal, sino que:

los psicólogos también deben encontrar las fortalezas y virtudes de las personas para lograr una mejor calidad de vida y bienestar.

– Se consideran fortalezas humanas a una serie de cualidades relacionadas con diferentes parcelas. Las cualidades relacionadas con el conocimiento como son, la curiosidad e interés por el mundo, pasión por el conocimiento o aprendizaje, mentalidad abierta, creatividad, o perspectiva.

– Otras cualidades están relacionadas con el coraje y la consecución de metas en situaciones difíciles como la valentía, perseverancia, honestidad o vitalidad.

– Hay cualidades más centradas en relaciones interpersonales como capacidad de amar o ser amado, generosidad, inteligencia emocional, personal o social.

– Se puede englobar a otras dentro de las fortalezas cívicas, capacidad de trabajo en equipo, sentido de la justicia, imparcialidad, capacidad de liderazgo.

– Hay fortalezas de templanza, capacidad de perdonar, modestia, humildad, prudencia, auto-control. Por último fortalezas de apreciación de la belleza, saber expresar gratitud, optimismo, sentido del humor o espiritualidad, como nos explica Javier Urra en su estudio sobre fortalezas para afrontar las adversidades de la vida.

Así en Interdomicilio León creemos que para mejorar las probabilidades de vivir una vida de éxito personal y laboral debemos tener en cuenta que el ser humano posee inteligencias múltiples que hay que educar adecuadamente atendiendo a su diversidad, y así poder despertar los talentos que cada uno tiene. Fomentar el desarrollo de las cualidades y fortalezas particulares y educar en inteligencia emocional, para ayudar a mantener el control de nuestra vida, para poder enfrentar las realidades y problemas que se presenten en el día a día.

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